6 September 2019 / por Orliana
Una investigación realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), publicada en la revista The Economist, concluyó que el tiempo de trabajo no es directamente proporcional a la productividad. Cada uno debe organizar y planificar cuánto tiempo invierte en actividades específicas, y la cantidad de horas no determina necesariamente la eficiencia. Por lo mismo, la gestión del tiempo es fundamental.
En ese contexto, la coach senior y directora de Newfield Consulting Argentina, Alejandra Molina, entrega algunas técnicas para gestionar el tiempo y mejorar la productividad en todos los ámbitos, aunque asegura que a lo largo de su experiencia las formas fueron cambiando.
“Una de las técnicas principales en mi gestión del tiempo sin duda es mi agenda. Pero no es una agenda común. En ella registro desde mis tareas laborales hasta mis horas de distracción o actividades personales”, señaló.
Las tareas diarias deben ser ordenadas por prioridades, mezclando organización y administración. Debe ser un hábito adquirido ir haciendo una lista de pendientes, fijando lo que es más importante y tachando lo que ya está listo.
Ella establece que lo principal es centrarse en una sola cosa hasta terminarla, y no intentar hacer varias a la vez. Además, destaca la importancia de delegar responsabilidades: ser realista sobre lo que se puede y no se puede hacer. Fijar horarios, asegura, es fundamental.
Diversos libros, artículos, videos y podcast pueden entregar hoy en día las técnicas para mejorar la gestión del tiempo. Cada vez aparecen más consejos, pues vivimos en un mundo acelerado y estamos sometidos a la presión de que todo sea inmediato.
“Mi recomendación es que cualquier técnica que se ajuste más a nosotros sea aprendida de modo de poder hacerla una habitualidad, y para eso quiero traerles a los coaches a un autor que nombramos mucho en nuestros programas de formación: Daniel Kahneman”, mencionó Alejandra Molina.
Kahneman habla del pensamiento rápido y el pensamiento lento. El pensamiento rápido es aquel que nos hace actuar desde nuestras habitualidades automáticamente, muchas veces instintivamente. El pensamiento lento es el apropiado para generar un nuevo hábito.
“Cualquier técnica que pongan en práctica necesita del pensamiento lento. Necesitamos generar un espacio de aprendizaje y para ello debemos bajar la velocidad. Aprender implica generar un nuevo hábito y un nuevo hábito necesita tiempo, ensayar y buscar todos los aliados posibles para sostenerlo (agendas, alarmas, recordatorios, etc). Aprovechen los beneficios del pensamiento lento y paremos un poco para poder aprender”, explicó.
El tiempo libre es fundamental para una buena calidad de vida, y además para la salud mental de los individuos. Si bien no hay ganancia económica ni una gratificación instantánea, especialistas aseguran que en esta sociedad actual, tan orientada al trabajo, se suele menospreciar la importancia del ocio en la vida diaria.
Alejandra está de acuerdo con eso y puntualiza que es un tema clave: “Comprobé personalmente que cuando puse en mi agenda yoga, salidas, almuerzo con amigas, comencé a darme ese tiempo y organizar el resto de mis actividades. Sentía que estaba todo el día trabajando y no hacía nada que fuera dedicado a mi cuerpo, a mi tiempo ocioso, a mis distracciones y fundamentalmente a un tiempo para pensar”, concluyó.
De esta forma, el llamado a los coaches y a cualquiera que busque gestionar mejor su tiempo, es a poner atención a todas estas herramientas, sin descuidar aquello que no es netamente laboral, pero que sí aportará en el bienestar de las personas.