28 April 2020 / por Orliana
Alicia Pizarro llamó a recordar y marcar en el calendario ¿Cuál fue el primer día en el que personalmente te cambió todo por la pandemia del Covid 19? La fecha en la cual se rompió la rutina que teníamos día a día, se cerraron las puertas y quedamos adentro. Invitó a reflexionar ¿Cuáles fueron tus primeras decisiones? ¿Qué fue lo que más te costó hacer cuando se acabaron los restaurantes, los eventos, las convenciones y quedamos encerrados?
Luego, dio algunas claves para transitar en estos nuevos tiempos en lo que llamó las Competencias para un mundo líquido. La primera: Aprender a Fluir con el Peligro. “El valiente toma la mano de su miedo y sigue adelante”, definió la experta. Con el miedo de la mano “puedo empezar diseñar para enfrentar, por ejemplo, la escasez. El mundo venía en dimensión de consumo y ahora veremos la escasez y nos obligará a crear una nueva forma de hacer mercados”.
La segunda clave: la Metacognición, poder escucharnos a nosotros mismos. También, Ser Sabueso de los Hechos, reconociendo que las cosas cambiaron para siempre.
Otra clave: Conectarnos con nuestras propias vulnerabilidades. Para los líderes, afirmó Pizarro, la fragilidad es una posibilidad de quebrarnos, de desaparecer. Perder la confianza del equipo es una forma de desaparecer, y podemos ser menos frágiles desde el reconocimiento de nuestras vulnerabilidades.
Reconstruir la confianza, propuso, tiene que ver con conectar emociones de nuestro equipo frente a todo los que nos toca vivir, y evolucionar del micromanagement de los primeros días para supervisar el trabajo en casa a una relación de confianza. “Ahora nos toca aprender una forma distinta donde la confianza es la clave, pero para construir confianza necesitamos conversar. Necesitamos conversar mucho para poder generar un compromiso importante con los resultados”.
Modelar la flexibilidad para conquistar la tenacidad es otra competencia de la era Covid 19 y posterior. Los materiales que son capaces de resistir son los más flexibles. Y ¿cómo conquistamos esa flexibilidad? A través del contacto con nuestra vulnerabilidad, propuso Pizarro. “Si estamos volcados hacia afuera, nos toca conectarnos con nuestras profundas vulnerabilidades. De lo contrario, corremos el riesgo de alienarnos de nuestra propia humanidad”, planteó la chilena.
Empatía, conectar con las emociones para escuchar las preocupaciones es un imperativo. “Después de escucharme a mí mismo, escuchar es más que callar para que el otro hable, es abrirme a comprender al otro y abrirme para que el otro me transforme. Cuando logro escucharme puedo ser empático y desde la empatía construimos confianza, porque el problema que vivimos hoy es que muchas de las confianzas se resquebrajaron. ¿Cuánto seguimos confiando en los vecinos, en los gobiernos, en la pareja? La confianza tenemos que reconstruirla y parte de la reconstrucción pasa por escuchar profundamente a nuestro equipo”.
En las semanas de cuarentena, hizo notar Alicia, puertas adentro hay “parejas redescubriéndose, padres descubriendo a sus hijos e hijos redescubriendo a sus padres. “Nunca nos habíamos sentido tan interconectados. Nunca antes nos habíamos dado cuenta que somos una especie, no habíamos tenido esa percepción de la humanidad como especie”. Los seres humanos, definió, “somos seres lingüísticos, somos lenguaje, emocionalidad y corporalidad. Esta cuarentena nos está sirviendo para reencontrarnos.
“Conversar es la mejor herramienta de aprendizaje. No se cansen de conversar, sino nos quedaremos escuchando la contingencia, no aprovecharemos oportunidades. Estimular que otros hablen”, recomendó Pizarro.
Son tiempos también para Aprender en la Adversidad para avanzar al futuro. “El aprendizaje es una de las principales herramientas que tenemos, estamos todos aprendiendo como locos, aprendiendo a comunicarnos, pero es insuficiente. Se trata no solo de cambiar las plataformas sino de un cambio radical en las relaciones para trabajar. Los líderes tenemos que comenzar a generar capacidad de aprendizaje, Generar Compromiso con los Resultados. Y en las relaciones con las personas que amamos crear un nuevo ritmo, una nueva recurrencia”.
“Para reconstruir la confianza en el futuro tenemos que construir conversaciones, porque si no nos quedamos en la contingencia, no empezamos a aprovechar las oportunidades que se nos abren”.
Pizarro concluyó que en el Mundo Líquido “nada permanece, todo es cambiante. El gran desafío es como genero compromisos y como me mantengo en un mundo que “puede que se esté moviendo mucho, pero si mi vinculo es fuerte de ahí me sostengo para nuevas oportunidades”.